sábado

INVICTUS

Hace algún tiempo le prometí a un buen amigo escribir algo sobre rugby. Varias veces he estado a punto de hacerlo, pero no encontraba un motivo lo suficientemente importante (me parecía que el mítico ensayo de Gareth Edwards estaba muy visto). Pero, mira tú, que acabo de ver una estupenda película, estrenada ayer, sobre su amado deporte y me he dicho: a ver si me escribe un comentario, quedamos, y me devuelve los DVDs que le presté... Ahí va la crítica:


En líneas generales, la película (dirigida por Clint Eastwood) va de cómo Nelson Mandela (interpretado por Morgan Freeman) enfoca la esperanza de reconciliación de un pais dividido por el racismo en su equipo nacional de rugby encabezado por su capitán Francois Pienaar (interpretado por Matt Damon).

(Los verdaderos Mandela y Pienaar)


A pesar de ser una película sobre rugby (deporte prácticamente desconocido para el vulgo del Imperio Español), la magia de ese deporte hace que no sea necesario saber qué es una melé, un drop, un ensayo o una transformación para entender lo que está ocurriendo en la historia. Los que sin ser expertos conocemos algo nos sorprendemos del enorme parecido del tipo que hace de la gran superestrella neozelandesa Jonah Lomu (se llama Zak Feaunati, neozelandés también, y jugó en el equipo de Bath hasta hace un par de años cuando se retiró). Las escenas de rugby están, a mi entender, bastante bien realizadas: Eastwood coloca muy bien la cámara y gusta ver la belleza natural de ese deporte jugado por caballeros (el tópico es mencionado, como no, en la película: "el fútbol es un juego de caballeros jugado por hooligans y el rugby es un juego de hooligans jugado por caballeros").

La película emociona y es inspiradora. No es ni de lejos la mejor como director de Clint Eastwood, pero cumple su cometido a la perfección, a pesar de los lugares comunes de toda película deportiva (típica historia de perdedores que buscan la redención a través de la victoria). Lo bueno es que en este caso fue real y no como en las pelis de hockey sobre hielo infantil de los domingos a medio día donde el portero gordo para un penalti con el partido casi acabado y el entrenador es uno de los hijos de Martin Sheen. Dosifica perfectamente política y deporte, sin llegar a cansar en ninguna de las dos vertientes; aunque a mi me ha invitado a una reflexión (no creo que sea uno de los objetivos del director, pero bueno): ¿Es lícito usar el deporte como arma política? Mi respuesta es: Si es para unir: SÍ.


Como es propio de Eastwood, nos manda sus mensajes típicos: El perdón por encima de la venganza y que sólo uno mismo es el constructor de su destino, si no desfallece. De eso mismo trata el poema que Mandela entrega a Pienaar y que leva por nombre INVICTUS. Es del poeta inglés de la segunda mitad del XIX, William Ernest Henley:



Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma.


En resumen: una historia real muy bien contada, nada aburrida, con planos muy logrados, con una grandiosa actuación de Freeman, buenos diálogos, mensajes que no por manidos dejan de ser veraces y una película donde ese estupendo deporte, que nunca practicaré por miedo pero al que reverencio, por fin es protagonista con todas las de la ley.

viernes

CHISTES PARA JUANGA

Para el optimista, el vaso está medio lleno.
Para el pesimista, el vaso está medio vacío.
Para el ingeniero, el vaso es dos veces mayor de lo necesario.

* * * * * * * * * *

Jesucristo en la ultima cena :
- Discípulos míos, en verdad os digo que y igual a x al cuadrado.
Se quedan los doce muy pensativos, y luego Pedro dice :
- Maestro, creo que no entendemos.
- Es que es una parábola.

* * * * * * * * * *

¿Qué es un oso polar?
-Un oso rectangular, después de un cambio de coordenadas.

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Se abre el telón y se ven dos sistemas lineales incompatibles. ¿Cómo se llama la película?
Kramer contra Kramer.

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Se abre el telón y se ven tres vectores linealmente independientes. ¿Cómo se llama la película?
Rango 3.

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A ver Jaimito, ¿que es un niño complejo?...
- Uno con la madre real y el padre imaginario.

OPORTUNIDADES

Hay dos palabras que te abrirán muchas puertas: TIRE y EMPUJE.

(les luthiers)

PUBLICIDAD INTELIGENTE

Supongo que todos os habréis dado cuenta de que al hacer búsquedas en google o al entrar a determinadas noticias e incluso al leer correos electrónicos, os aparece algún tipo de publicidad relacionada con el tema o con algunas palabras clave del texto. Se supone que así la publicidad atina más y llega mejor a su target potencial.

A través de un compañero de foro he visto la siguiente imagen:


Lo cual no deja de tener puñetera gracia. Anuncios inteligentes lo llaman. La web es ésta: (click) y en el momento de publicar este post seguía ahí el anuncio. Aunque, ahora que lo veo, puede ser que el propio periódico, con extrema torpeza, haya colocado ahí el anuncio adrede. Me recuerda a un titular deportivo de hace años, referente a un equipo de fútbol sala: Ortopedias Gómez comienza con mal pie.

lunes

COPIAR EN LOS EXÁMENES

La Universidad de Sevilla reconoce a sus alumnos el 'derecho a copiar' exámenes

Los alumnos de la Universidad de Sevilla tienen reconocido el 'derecho' a copiar en los exámenes. Los profesores no podrán, como era costumbre, retirarles el ejercicio, expulsarlos del aula y suspenderlos. Lo que deben hacer es dejarlos terminar la prueba e informar por escrito del caso a una comisión compuesta por tres profesores y tres estudiantes, que será la que decida si el alumno ha copiado.


(Para leer la noticia completa, pulsa el logo del diario)


Contrasta esta noticia, muy española y pícara, con algo que comentaba hace no mucho con un amigo castellonense sobre la Universidad de Virginia, donde los estudiantes, al entregar un examen, escriben de su puño y letra: On my honor as a student, I have neither given nor received aid on this examination [Por mi honor de estudiante, no he dado ni recibido ayuda al hacer este examen]. Luego, claro, los estudiantes salidos de esa universidad (ojo, pública) tienen un reconocido prestigio en su país. Lo mismito que aquí.

viernes

MANOLO ESCOBAR, SEÑORES

—Muchos artistas están reclamando el control de las descargas en Internet. Otros, en cambio, las aprueban. ¿Usted qué opina?
—Yo veo bien las descargas. Internet es un fenómeno mundial, global, y no se puede imponer una ley para ponerle freno. Antes la gente compraba mis discos porque les gustaba una sola canción. Ahora esa canción se la pueden descargar y no compran el disco, es verdad, pero bueno, es que estamos en el siglo XXI y no se puede evitar. Lo veo normal. Todos sabemos lo que es la Sociedad General de Autores... en fin.

—Para usted, ¿lo que hay que hacer es trabajar el disco sobre el escenario dando conciertos y programando giras?
—Es que es lo que hay que hacer. Si a la gente le gusta bajarse las canciones por Internet pues el artista tiene que buscarse el trabajo por otro sitio y punto. Te lo buscas en el teatro, que ahí no entra Internet.


Entrevista completa: el diario de ibiza

OSAMA BIN LLAMAZARES

Que fuerte!


Click.




La página del departamento de estado: click

Editado (23:15): Han quitado la foto de la página del gobierno de los EEUU. juas!

miércoles

COMPAÑEROS DE TRABAJO

Un español y un japonés van por la selva y se ven sorprendidos por un tigre. Salen corriendo y a los pocos pasos el español le dice a su compañero: "No hace falta que huyamos, no corremos más rápido que el tigre", a lo que el japonés le responde: "Yo no pretendo correr más que el tigre, sino más que tú".


Fuente: marketineros.com


DÍA DE REYES




domingo

DEL MANIQUEÍSMO

Me causa ternura cada vez que un niño pone medida a lo convencionalmente inmensurable: "te quiero hasta mil", me solía decir un sobrino cuando aún no tenía cinco años. En su ingenuidad, suelen los pequeños buscar el orden, el grado de las cosas y les cuesta encajar las excepciones, como cuando tratan de conjugar los verbos y dicen "se ha rompido" en lugar de "se ha roto". Es razonable querer hasta mil, un número extraordinariamente alto para un niño que solamente sabe contar hasta diez.

Cuando crecemos, seguimos aferrados a las escalas, a los niveles o diferentes alturas que pueden alcanzar los conceptos: "he contado mi verdad" suelen decir, entre aplausos inducidos por el regidor del programa, las ídolas de las marujas en los espacios del corazón. Se confunde el concepto de verdad con el de versión, con lo cual la palabra verdad, en este ejemplo, queda vacía de significado y relativizada.

El problema es que es tan cómodo (lava conciencias) el tener un "termómetro cerebral" donde medir conceptos abstractos como el cariño, el apoyo, la escucha... que se llega a decir, con total tranquilidad, aberraciones como: "yo le doy a mi esposa el cariño suficiente". ¿Dónde has comprado, so capullo/a, el "cariñómetro"? ¿En el teletienda? ¿Dónde has calibrado el amorómetro o el escuchómetro para saber que has llegado a la raya del "suficiente"? ¿Cual es el siguiente nivel en la escala? ¿cuarto y mitad de "me he pasado un pelín"?

Existen conceptos que no admiten grados. La muerte, por ejemplo. O se está muerto o se está vivo. Todos sabemos que decir "estoy medio muerto" no es más que una forma de hablar. En este caso está claro ¿no?. Pero hay otros términos que tampoco se pueden medir con ninguna regla, escuadra o cartabón y que la laxitud con la que pasamos por la vida, donde la firmeza de principios nos la pasamos por la bolsa escrotal, nos permite pisotear no sólo el significado gramatical o semántico de las palabras sino a las personas a las que van referidas: La libertad, el respeto, la perfección, la atención, el amor, la humanidad.

En estos tiempos que corren, expresar la naturaleza dicotómica de conceptos que no admiten grados (o se es libre o no se es) conlleva el riesgo de ser tachado de radical, de inflexible, de maniqueo. Creer que nunca se da el cariño suficiente ya no está de moda.