martes

PERDER O PERDER

Los niños ochenteros recordamos una película, tal vez la primera en la que vimos ordenadores, llamada "Juegos de Guerra".


Si la recordais, iba de una super-computadora que era la encargada de elaborar la estrategia de ataque en el caso de una "Guerra Termonuclear Global" (creo que se llamaba así). La cuestión es que la computadora se da cuenta de que en cada ataque que diseñaba, el enemigo (los rusos, claro) respondían de tal manera que indefectiblemente el mundo siempre era destruido. Y si el mundo era destruido, evidentemente nadie ganaba la guerra. Al final, como recordareis, el ordenador después de probar todas las combinaciones posibles se para y, con el típico suspense de los americanos, por fín dice: "Curioso juego; la única forma de ganar es no jugar".

El ser humano, no sé si afortunada o desgraciadamente, no es tan analítico como esta computadora y a menudo la caga por meterse en batallas en las que en el mejor de los casos no ganará nada. Pero, ah, amigo: Resulta que, en un atisbo de lucidez, te has dado cuenta que ante una situación futura y analizadas todas las posibles ramificaciones tu posición final siempre acabará siendo más jodida que la situación de partida. ¿Qué hacer, entonces?.

La lógica y el instinto de protección dicen que, ante la tesitura de perder o perder, hay que elegir la opción que menos deteriore la situación de partida. Parece lo sensato. Sin embargo estamos rodeados de convencionalismos sociales, de corrección política, de buena educación, de "sentido del deber" que otros te han impuesto y, al final, siempre acabamos hasta el cuello de mierda.

No es facil romper esas cadenas: la incomprensión (y ni siquiera: nadie se va a preocupar de preguntarte las razones de tu decisión) y la tibieza de los demás (criticamos al PNV por su equidistancia, pero que no nos pidan que nos mojemos si dos niños se pelean por una piruleta) siempre van a ir contra uno.


Hay que ser muy valiente para decidir no jugar.

sábado

CUATRO MILLONES

El dato, de ayer, es que en España se han superado los cuatro millones de parados.

No comentaré ahora la ausencia de previsión y de reacción del gobierno de Zapatero, la patética falta de movimiento por parte de los sindicatos o la falta de propuestas del PP (Rajoy, en el programa "Tengo una pregunta para usted", a la pregunta del camionero que gana 855€ sólo se le ocurrió decir "aguante"). A quien quisiera poner a caldo es, evidentemente, a la patronal.

Yo creo que a nadie se le escapa que, si bien es verdad que hay sectores muy concretos azotados por la crisis, muchos empresarios están aprovechando la situación para hacer limpieza (no digo étnica, pero casi que también) en su bolsa de asalariados. La última propuesta de abaratar el despido creo que roza la obscenidad.

La idea viene a ser algo llamado "contrato indefinido no fijo” (vivo sin vivir en mi, conceptos antitéticos, el poder de la palabra) que establece un período de prueba de dos años (durante los cuales se puede despedir sólo con 7 días de preaviso y con una indemnización de 8 días). Tras los dos años, el trabajador se convierte en fijo (pero no fijo-fijo, no os creais) sino pudiendo ser despedido con un mes de preaviso y con indemnización de 20 días por año hasta un máximo de 12 mensualidades.

¿Es sensato decir que para rebajar el paro lo mejor es proponer el despido libre? ¿Tan tontos creen que somos? La prueba de lo flexible que ya es el despido en España es, precisamente, la tasa de paro que tenemos: ¡Las empresas, en cuanto les ha convenido, se han desecho de sus trabajadores temporales!

Quisiera explicar una cosa que, no por evidente, deja de ser escalofriante: Ningún empresario va a luchar nunca por erradicar el paro ¿por qué? Porque la propia finalidad del paro es realizar presión sobre el mercado de trabajo para garantizar la disponibilidad de mano de obra barata y dócil. A veces es necesario recordar este tipo de cosas, que se olvidan con facilidad; si no que se lo digan a Jimenez Losantos: años abogando por el despido libre y ahora que le toca a él, consultando abogados.

En fín: ¡Ay Señor, llévame pronto!

ANDALUCES DE JAÉN

Cuenta el maestro José Ramón Pardo en su libro "Historia del Pop Español" que allá por el año 1968 un directivo de Televisión Española se enteró que un español llamado Paco Ibañez estaba teniendo un éxito arrollador en Francia cantando letras de poetas españoles. El directivo, para apuntarse el tanto del descubrimiento (y, supongo, ignorante de que poetas como Alberti, Miguel Hernández o Gabriel Celaya estaban proscritos por la dictadura franquista), le trae a España al programa "Tele ritmo", un espacio musical y de variedades de máxima audiencia.

No me puedo imaginar el careto que se le quedaría al buen señor (y a todo el facherío que en ese momento estuviera viendo el programa) cuando oyeran al cantautor entonar la espléndida poesía de Miguel Hernández que dice algo tan simple como que los olivos, el campo o la siembra, no los trabaja el señorito que se lleva el beneficio; sino el currito que los riega con su sudor y amamanta los olivos con su sangre.


No he encontrado imágenes del suceso (sí de su segunda intervención -cantó dos canciones- interpretando poderoso caballero don dinero), por lo que pongo la interpretación de la canción, un año después, en el célebre concierto que dió en el Olympia de París. Cuarenta años después, apenas podemos imaginar lo que éste hecho supuso, pero como dice el propio Jose Ramón Pardo "aquello fué uno de los goles que hacen época y debería figurar junto al de Marcelino o el de Zarra".

jueves

LAS MARCAS Y LA PUBLICIDAD DE CUATRO

Me he quedado sorprendido al ver este anuncio en el canal CUATRO:


Lo flipante es que un canal que, presuntamente, es progresista nos propone directamente que consumamos productos "de marca"; es decir, justo lo opuesto a lo que, en teoría, el papá progre que lee El País (ese mismo que lleva a sus infantes de cinco años a conciertos y exposiciones y le deja entrar en el cuarto de baño cuando se está duchando) enseña al niño.

La cosa tiene miga y me gustaría desgranarla un poco:

Lo primero que me llama la atención en el anuncio es cómo juega con los colores (el "rojo" de Cuatro, jeje) para contraponerlos, supongo, a las marcas blancas. Y es que aquí empieza todo. Crisis económica y el consumidor se tira a las marcas blancas ante el menor coste. Después de años luchando por romper el binomio marca blanca=cutre, volvemos al "valor de la marca", a que los productos de marca son mejores de por sí. A la mierda la educación progre-ochentera que nos dieron. Ahora, el Grupo Prisa (ojo, y antes Telecinco) nos dicen que las marcas molan. 12 meses, 12 causas. ¿Qué será lo próximo? ¿Tal vez el ecologismo? "Si reciclamos generamos desempleo: Protege a los taladores de árboles y a sus familias". Absurdo.

Lo que a mi me enseñaron es que lo que distingue a las marcas de los productos cutres (ah, mi chandal azul marino con rayas blancas en las mangas) es la publicidad. Unas salen en la tele y otras no... Espera... Un momento... ¿Y no será todo ésto porque las cadenas les quieren hacer la pelota a los anunciantes que les pagan? ¡Qué listo soy! La manera de rentabilizar esa campaña es que las marcas comerciales les compren más espacios publicitarios... Vamos a llevarnos bien... Es de suponer que los anunciantes contraten a cadenas que "adoctrinen" a sus televidentes en el consumismo. Es decir: ¡Cuatro se está promocionando ante las marcas!. De alucine.

Es que de todo ésto surgen diferentes derivadas: ¿Qué opinarán El Corte Inglés o Mercadona de todo ésto? Ambas comercializan productos con su propia marca blanca ¿Les está diciendo Cuatro que tienen menor calidad? Por otra parte; sabemos que los supermercados (Carrefour, Eroski, Alcampo, el propio Mercadona) no producen, sino que compran los productos a fabricantes, que en muchos casos también venden productos de marca "buena" ¿Estos fabricantes, según insinúan, les meten productos mas chungos a los supermercados?

Aquí hay un lío montado enorme:

1. Las cadenas privadas están dejando de percibir mucha pasta por el bajón en los anuncios. El anuncio de Zapatero de bajar el número de anuncios en la televisión pública tiene algo que ver: Las cadenas privadas consideran "competencia desleal" el que la primera pueda poner anuncios. Si, increible; pero así es.

2. Los productos de marca blanca van ganando cada vez mayor cuota de mercado, superando ya el 30% del total. La actual situación económica hace pensar que este porcentaje seguirá en aumento. A mi parecer hay un hecho incuestionable: Cuando en una casa se establece un producto de marca blanca, es muy complicado que vuelva a ser sustituido por el de marca cara.

3. En relación con el punto anterior, algunos supermercados (encabezados por Mercadona) han cambiado su estrategia y ha eliminado de las estanterías un gran número de marcas. Otros, como Lidl, anuncian sus marcas blancas bajo el eslogan “la calidad no tiene por qué ser más cara”. Vamos, que hay una guerra entre vendedores y fabricantes de dimensiones que no alcanzamos a ver el consumidor... O sí: Si el supuesto "enganche" de la marca blanca es el menor precio ¿Cómo sabremos si está más barato si no hay una marca "cara" para comparar?

4. El, en muchos casos, secretismo entre el fabricante y el vendedor ha dado lugar a una rumorología enorme ("El detergente del DIA lo hace ARIEL, me lo ha dicho la hermana de la cuñada de una vecina que es cajera"). Es decir, el rizo rizado: las supuestas marcas ocultas tras las marcas blancas hacen publicidad a éstas. Un lío. De ahí esas otras campañas de propaganda "Danone no fabrica para otras compañías".

Lo dicho: En todo ésto, al final perderemos los consumidores. Como siempre.

miércoles

SENTIDO DE LA PROPORCIÓN

Un amigo apela siempre al sentido de la propoción a la hora de valorar en su justa medida hechos, gustos o éxitos; tanto propios como ajenos. Por favor, ved cómo éste jugador de ping-pong celebra el punto conseguido y me decís si tiene o no tiene sentido de la proporción.


martes

BRILLANTE TEORÍA DE LA CONSPIRACIÓN

Por favor, entren aquí.

¿Ha muerto Jordi Hurtado?


lunes

EL USO DE INTERNET EN EL TRABAJO

Hoy, en el diario El Pais aparece esta reseña:

El uso personal de Internet en el trabajo mejora la productividad

Un estudio reciente publicado por la Universidad de Melbourne (Australia) concluye que los trabajadores que dedican un máximo del 20% de su horario de trabajo a hacer un uso personal de la red son un 9% más productivos que los que no lo hacen.

Aunque no cale entre los jefazos de las empresas, estoy de acuerdo con el estudio. Antes de empezar un farragoso proyecto, de redactar un informe de lo más pesado, o de elaborar el enésimo reporte que nadie leerá; un rápido vistazo a las noticias o al correo personal te permite desconectar un instante para retomar la anodina tarea con un poco más de ganas.

Es muy frecuente que se controlen esos tiempos muertos gastados en internet y se persigan con más dureza que otro tipo de escaqueos mas empresarialmente aceptados como el eterno café (que da para una serie de televisión y todo) o el "ir a hacer fotocopias".

Ese momentaneo cambio de registro cerebral que supone, por ejemplo, el ver los titulares de tu periódico preferido funciona como regenerador y activador cerebral. En trabajos sedentarios, pura oficina, es determinante el descanso mental para el rendimiento. Y ese descanso se produce necesariamente variando de actividad a otra más placentera o superficial durante un periodo corto de tiempo.

Otra cosa es el abuso; pero yo no estoy hablando de eso.

domingo

DE PADRES SABIOS

- Papi, papi. He estado con Hugo que se acaba de pelear con su papá.
- ¿Y porque se peleó con su papá?
- Porque el papá de Hugo dice que él sabe más que Hugo …
- Sí, hijo. El papá de Hugo sabe más que Hugo.
- ¿Y cómo lo sabes, si no conoces al papá de Hugo?
- Bueno, porque es el padre; y el padre siempre sabe más que el hijo.
- ¿Y por qué siempre sabe más que el hijo?
- ¡Porque es el padre!
- ¿Qué tiene que ver?
- Bueno, hijo, el padre ha vivido más años … Ha leído más … Ha estudiado más … Entonces sabe más que el hijo.
- ¿Entonces tú sabes mas que yo?
- Sí.
- ¿Y todos los padres saben más que los hijos?
- Sí.
- ¿Y siempre es así?
- Sí.
- ¿Y siempre va a ser así?
- Sí, hijo, ¡Siempre va a ser así!
- ¿Y la mamá de Marta sabe más que Marta?
- Sí, hijo. La mamá de Marta sabe más que Marta …
- Dime, papá ¿Quién inventó el teléfono?
El padre lo mira con suficiencia y le dice:
- El teléfono, hijo, lo inventó Alexander Graham Bell.
- ¿Y por qué no lo invento el padre de él que sabía más?