viernes

MITOLOGÍA MUSICAL: ERIC CLAPTON


Eric Patrick Clapton Shaw, nacido en Inglaterra en 1945 es uno de los más grandes guitarristas de rock y blues.



Ha tocado con los John Mayall's Bluesbreakers, los Yardbirds, Cream, Derek and the Dominos y Blind Faith; además de haber ganado una reconocida carrera como solista.

Su apodo es "Slowhand" (Mano lenta), y su guitarra eléctrica favorita es una Fender Stratocaster llamada Blackie que se dice el mismo construyo de diferentes partes de stratocasters.


Forma parte de la mitología del rock su cortejo a la esposa de su mejor amigo, George Harrison (uno de mis amados Beatles). Cuando ésta, de nombre Patty Boyd, le rechazó, se perdió en el pozo sin fondo de la heroína, no sin antes dejar una vibrante misiva de amor, el tema Layla.





Al final, Patty terminaría abandonando a Harrison por Clapton. Ella sería la inspiración de otras canciones notables de Eric, como Wonderful tonight.



Clapton acabaría rompiendo su matrimonio con Patty Boyd y comenzaría una relación amorosa con Loredana del Santo (Lory), una modelo italiana –de Verona- de cuyo amor pasional nacería un hijo: Conor. En 1991 la tragedia visitó a Clapton, pues ese hijo que tuvo con Lory del Santo, Conor, cayó por la ventana de un rascacielos neoyorquino. Esa perdida inspiró y generó su mayor éxito los 90, la balada Tears in heaven.

miércoles

NADAL Y EL PREMIO NOBEL

En las últimas semanas se vienen repitiendo éxitos en el deporte español: La Eurocopa de fútbol, Nadal, Contador, Pedrosa, Alonso, Gasol...

Se puede decir que el deporte de élite en España vive su mejor momento y está en un primerísimo nivel internacional. Me paro a pensar un poco y estos deportistas que hoy destacan en el mundo en sus respectivas disciplinas eran esos niños que vieron las Olimpiadas del 92 y quisieron ser deportistas y gracias al empuje que las instituciones dieron al deporte desde ese momento (subvenciones, becas, instalaciones, facilidades...) tuvieron la oportunidad de dedicarse a lo que les gustaba, pudieron mejorar, competir desde edad temprana y convertirse en lo que hoy son.

Si desde este momento, las instituciones públicas y otras entidades que colaboren pusieran todo su esfuerzo en potenciar la educación, la investigación y el desarrollo científico y tecnológico desde la infancia; inculcando una cultura del esfuerzo y superación en el conocimiento; facilitando el estudio al que lo desee con lo mecanismos adecuados ¿Dentro de veinte o treinta años podríamos tener un ramillete de premios Nobel? Apuesto a que sí.



Pero, claro, no es lo mismo. Cuanto más tontos, más dóciles.