Icono baloncestístico ochetero, ha fallecido a la edad de 47 años.
domingo
viernes
¡QUÉ TONTO EL RICO!
Recientemente parece que se ha puesto de moda un tipo de programa televisivo donde se muestran las interioridades de la gente con dinero. Cámara en mano, los redactores se adentran en las vidas de ricachonas ligeras de cascos o nos muestran las mansiones que pueblan los barrios más exclusivos. De esta moda no se salvan ni las televisiones autonómicas: ayer mismo me enteré en detalle (cortesía de Canal Sur internacional) que la gente con pasta en Sevilla vive en un pueblo llamado Tomares; el Pozuelo de Sevilla.
Lo curioso de la mayoría de estos programas es que muestran a las claras (a veces llegando a la caricatura) lo tontolculos que son los ricos. Ya teníamos idea de lo apollargados que podían ser los Borjamaris en edad adolescente al verlos salir de sus colegios de pago, pero ahora podemos ver en directo la tragedia que supone para una acomodada decidir entre la adquisición de un abrigo de pieles o de un Miró.
Conspiranoico como soy, no puedo dejar de pensar en que todo ésto está preparado por los poderosos para conformarnos, para sacarnos la mueca de "vaya gilipollas que son los ricos, en el fondo yo soy más listo que ellos". Algo parecido a lo que hace la televisión pública en el telediario del domingo a medio día cuando encadena una tragedia tras otra para hacernos decir "nos quejamos de vicio, mira cómo están por ahí".
Sí: somos más listos que ellos. Sabemos divertirnos mejor. Nuestra familia nos quiere más.
En el fondo, seguro que nos envidian ¿Verdad?.
miércoles
EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA
Hace 200 años un tipo listo, tanto que llegó a ser presidente de la Royal Society de Londres, expresó al respecto de la creación de escuelas elementales:
"En teoría, el proyecto de dar una educación a las clases trabajadoras es ya bastante equívoco y, en la práctica, sería perjudicial para su moral y su felicidad.
Enseñaría a las gentes del pueblo a despreciar su posición en la vida en vez de hacer de ellos buenos servidores en agricultura y en los otros empleos a los que les ha destinado su posición.
En vez de enseñarles subordinación les haría facciosos y rebeldes, como se ha visto en algunos condados industrializados.
Podrían entonces leer panfletos sediciosos, libros peligrosos y publicaciones contra la cristiandad.
Les haría insolentes ante sus superiores; en pocos años, el resultado sería que el gobierno tendría que utilizar la fuerza contra ellos".
Cuenta mi suegra que a principios del siglo XX un diputado a Cortes por Jaén, Don Práxedes, dió una vuelta por sus tierras de labor junto con su capataz y vino a reparar en que los campesinos estaban durmiendo la siesta. El capataz, enfurecido, se disponía a espabilar a la cuadrilla y a ponerlos firmes cuando Don Práxedes le espetó:
- Déjalos que duerman, que como despierten....
200 años. 100 años. Ahora.
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