sábado

MANOLO CUMPLE AÑOS

No debe ser facil ser el cuarto de cinco hermanos. Estar bajo la sombra del poder del primogénito, del liderazgo natural del segundo, del carisma del tercero y de la rareza independiente del pequeño debe dejar poco márgen para asomar la cabeza. Quizá por eso de pequeño adoraba leer El hombrecito vestido de gris; en los tiempos en que un niño podía admirar a alguien llamado Fernando Alonso y no querer ser piloto de carreras, sino escritor. Pero, como el personaje del cuento, un día se afeitó el bigote gris y el mundo, su mundo, lo descubrimos. Y le admiramos en secreto.


Tal vez no llame la atención lo suficiente como para que alguien le escriba un poema, ni impondrá su criterio pisando el de otros, ni correrá una marathón. Tampoco recibirá el elogio de quien sí se lo da a un charcutero, a un panadero o al tipo que abre la puerta de una tienda de café. Tal vez un día ya no haya gente que crea que el prestigio lo da el número de bufandas con un logotipo que puedes conseguir. Estamos rodeados de mediocridad y no es facil conseguir el elogio del mediocre cuando tú no lo eres.


Y no puede ser mediocre alguien poseedor de su especial capacidad para el análisis numérico y la intuición en su campo; alguien que, literalmente, rompió cadenas de esclavitud y emprendió una aventura profesional incierta donde otros no hubiéramos ido y, sobre todo, alguien que ha conseguido lo imposible: darles a sus hijas el punto exacto entre educación y libertad. Alguien con la absoluta voluntad de dar nunca puede ser mediocre.

Gracias por existir y reconcíliate pronto con el mundo.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades Manolo! o mejor dicho Manuel. Ejemplo en muchos de mis cursos. Gracias por ser como eres: el que siempre tiene abierta la puerta de su casa y es feliz haciendo feliz a los demás. El que siempre te pregunta "¿que tal y el curre?" El que se acuerda, aun teniendo mil responsabilidades de enviarte un nombre por sms. Ese es mi cuñado!

Anónimo dijo...

Gracias.
Todo pasa y todo llega.

Anónimo dijo...

¡qué afortunadas son sus hijas!