Observo con tristeza que el mundo en que vivimos ha dejado de ser un mundo romántico. Demasiado pronto se pierde la inocencia y el amor por amar deja de existir apenas pasada la pubertad. Incluso da vergüenza declararse romántico en estos tiempos donde está mas de moda ser agresivo y mostrar odio que su contrario. Ser un romántico, además de cursi, demuestra debilidad, algo que no nos podemos permitir ser en la vida real.
Pero algunas personas, pese a todo, continuan siendo románticas. Ellas son nuestra esperanza.
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