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ENTREVISTA A JOSEP PONS, DIRECTOR DE ORQUESTA

- Siempre me ha gustado el flamenco (…) en una ocasión, El Polaco [cantaor] nos ofreció un recital. Interpretabamos con el “la vida breve” de Falla. Se desesperaba. Decía: “el flamenco tiene 30 palos y en esto no hay ninguno. ¡mala tarde tuvo Falla!”. Yo le marcaba las entradas con mucha precisión, y cuando nos ofreció aquella sesión privada en la peña de La Platería, antes de arrancarse a cantar, mientras el guitarrista estaba preludiando nos repasaba uno a uno con la mirada y al llegar a mí, me dijo: “yo aquí entró cuando me da la gana”.

- ¿La música nos hace mejores?

- Muchas veces, eso es una pamplina. Mira los nazis que sensibilidad cultivaron. No por ser sensibles a Bach eran mejores. La música nos estimula. De por sí, no hace nada.

- ¿Cuál es el momento de máximo placer en el podio?

- Precisamente cuando no mandas nada. Cuando sabes que aquello funciona sólo. Es maravilloso.

- ¿Es eso lo que colma el ego de un director?

- En todas las disciplinas artísticas existe la vanidad. Sin ego no haríamos nada, tenemos una cierta necesidad explicar nuestra visión de las cosas. No sólo hacerlo, sino mostrar cómo lo hacemos.

- ¿Qué se aprende de la música fuera de la música?

- La música es una exploración de la sensibilidad y del pensamiento, y eso es lo que le da atribuciones que van más allá de lo acústico y de lo que podemos sacar provecho.

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