lunes

FONDO DE REPTILES

A pocas semanas de las elecciones, os voy a escribir sobre algo que existe desde hace cien años: el fondo de reptiles.

Así se le llama a la partida que los presupuestos de los partidos políticos reservan para conseguir que periodistas, artistas u otros medios giren en torno a los intereses del partido que les paga.

Se dice que fué Otto von Bismarck, creador del II Reich (el III sería el de Hitler) el que inventó el nombre y que desde tiempos de Mussolini se viene utilizando. El honor de introducirlo en España se debe a Juan March, allá en los años 30.

El control de los medios de comunicación se ha convertido en un instrumento fundamental del poder. La pretendida independencia u objetividad de los medios es cada vez más dudosa. Va desde lo sutil, no invitando a voces críticas; hasta lo obsceno, pidiendo votos.

La íntima alianza entre periódicos, radios o televisiones y los partidos es, ahora más que nunca, demasiado descarada y demuestra que es prácticamente inexistente lo que antaño se llamaba prensa libre.

viernes

NO TE DIRÉ A QUIEN VOY A VOTAR

Aunque me identifique mas o menos con algún partido, no me vereis apoyar públicamente a ninguno (aunque sí votaré). Esto es así porque tenemos un sistema electoral con el cual no estoy de acuerdo en absoluto. Un modelo comunitario de participación directa, donde la ciudadanía participe directamente en la gestión de lo público sería, desde mi punto de vista, lo adecuado.

La democracia que tenemos ahora mismo (de listas cerradas y elecciones cada cuatro años) es un sistema en el cual los ciudadanos entregamos nuestra parte de soberanía a cambio de una papeleta; la cual, la mayoría de las veces, carece de valor por nuestro sistema electoral. Después, tenemos que esperar cuatro años para echar a esos gestores electos que nos han salido ranas, inútiles, corruptos o símplemente tontos.

Por otra parte, detesto a la clase política. A toda. Durante la dictadura, cuando la militancia en los partidos estaba prohibida, ser de un partido tenía visos de ser algo heróico y ejemplar. Con el transcurrir de la democracia, la política se ha convertido en una carrera profesional. Ahora tenemos ministros que no han hecho otra cosa en su vida profesional sino militar en un partido y escalar posiciones en unas listas.

De ellos, los peores son los nacionalistas, que por intereses personales y políticos no dudan en instigar demagógicamente la memoria colectiva mas turbia de todos nosotros, alentando odios.

Tampoco los líderes sindicales son lo que eran y los que un día fueron héroes civiles (Redondo, Camacho, Sartorius...) aparecen ya en los libros de historia. Ser dirigente sindical ahora supone un puesto de trabajo fijo, poco curro, bien remunerado y sin responsabilidades. El sindicalismo es algo pasado de moda.

En conclusión: es necesario una nueva legislación electoral, que exista un verdadero control efectivo del poder y una verdadera apertura al pluralismo de las ideas; en definitiva, un cambio en las costumbres de la política, para que el que escribe se moje políticamente.

martes

EL SUICIDIO DE UN ESTUDIANTE

Escrito en 1997 y recordado hace pocas fechas por un suceso parecido:

Hace unos meses murió un estudiante. Un estudiante anónimo que decidió quitarse la vida poniéndose delante de un tren en la estación de ciudad universitaria. Para muchos de los que estábamos en ese momento en el andén fue el primer encuentro directo con la muerte. Esa figura que algunos pintan con guadaña y que constantemente merodea sin darnos cuenta, ese día y en aquel momento tenía una cita, nunca sabremos con cuanta antelación.

La muerte es enigmática y terrible; implica negación, final, oscuridad, ausencia y límite; violencia y a la vez paz; tránsito y a la vez descanso.

Quizá nuestro problema con la muerte radique en el significado que le hemos dado, lleno de tabúes y supersticiones. Estamos rodeados de fantasmas, zombies, ánimas y mensajes del mas allá que enriquecen a los de mas acá. Probablemente cuando los hombres se inventaron a Dios, la muerte estaba presente en el parto.

La muerte es lo mas seguro en la vida y por eso tendemos a una negación del tema y quizá de ahí provenga el difícil manejo de las pérdidas en general. Hay personas que a los 30 años jamás han visto a una persona muerta o nunca han asistido a una ceremonia de entierro. La muerte hay que mirarla cara a cara, decía Lorca. Aún no hemos aprendido a convivir con ella.

jueves

EL VIEJO HARTMANN

El viejo Hartmann dió su última chupada al cigarrillo -por supuesto, sin boquilla- y chasqueó sus labios de esa forma tan peculiar que sólo se da en el norte de Alabama. Cuando vió salir de la casa de la señora Sally al viejo negro Ronnie "seis dedos" Brown comprendió que algo había pasado.

La señora Sally era una viuda que ya rondaba los 70 años y sus únicas aficiones eran la de dar de comer a sus 7 gatos y la de tomar café con miss Clarens, la maestra.

El viejo Hartmann se aproximó a la valla de la casa de la viuda mientras se preguntaba qué podía haber estado haciendo allí dentro "seis dedos" Brown. "Seis dedos" era conocido en todo el estado por su habilidad tanto para tocar su guitarra de ocho cuerdas como para mancillar a ancianas con gatitos. Pero eso fué hace mucho tiempo.

Dentro de Hartmann una sensación extraña recorrió todo su espinazo cuando vió asomar por la puerta de la casa que da directamente al jardincito de la entrada a una sonriente señora Sally.

- Buenos Dias, Nicolas -pues ese era el nombre del viejo- Hace un espléndido día hoy ¿Verdad?

La señora Sally conocía a Nicolas Hartmann desde la infancia y le trataba con una cordialidad que siempre le había parecido odiosa a nuestro viejo.

El viejo Hartmann prendió un nuevo cigarrillo -sin boquilla, por supuesto-, tomó la pequeña azada que usaba en el pequeño huerto que daba al camino de Green Swallow y, calladamente, se aproximó hasta la señora Sally y le asestó un zoletazo que vino a dar con los huesos y la vida de la señora Sally en el suelo del jardín de la entrada.