Compruebo con estupor cómo la vía por la que llegan hasta este blog un gran número de visitantes es a través de google realizando la búsqueda cuernos compañero trabajo. Hace un año escribí este post divagando acerca de las causas por las que había tanta endogamia profesional. No digo grán cosa, pero la gente entra y lo lee. Y lo hace porque busca respuestas.
Pues bien, para no defraudarles, les daré las respuestas que buscan. Con este post abro la sección sociología de salón; arte y afición que cultivo desde pequeño.
Lo primero es mencionar lo siguiente: buscan en google "compañero trabajo" (donde salgo el primero) y no "compañera trabajo". Es decir, quienes buscan respuestas son mujeres que, o bien acaban de cometer algún tipo de infidelidad, o están pensarlo en hacerlo. He aquí la primera clave.
La infidelidad de la mujer es más cerebral. Buscan razones, analizan los pros y los contras, sopesan consecuencias y, por último, sienten culpabilidad. Por tanto, es el cerebro el que gobierna la acción.
En el hombre, casi nunca existe nada de eso. Se trata, en la mayoría de los casos, de simple atracción sexual; por lo que ya podeis pensar qué parte del cuerpo rige la voluntad del macho.
A partir de aquí el desarrollo de la acción es similar al del simple cortejo sin infidelidad de por medio. Las espectativas de ella y de él divergen sustancialmente. Ella tiene miedo, busca amistad y comprensión, compenetración, protección en un entorno hostil. Cree que dar este paso es muy importante y por eso lo piensa tanto. Él, simplemente se siente solo o busca sexo (que viene a ser lo mismo). Por tanto, bella señorita que te acercas hasta este humilde blog en busca de respuestas: no existen diferencias sustanciales (una vez acabado el juego, entretenido, del cortejo y primeros escarceos) entre la relación que tienes con tu novio o marido y con ese compañero de trabajo. Por tanto: te equivocas si quieres algo duradero o diferente a lo que ya tienes. Disfruta, si te apetece, de una aventura; pero no busques príncipes azules, porque no existen.
Hay otro origen de la infidelidad más prosaico: usar el sexo como arma laboral. Y eso se hace. Desde un punto de vista estrictamente personal, me parece éticamente muy reprobable. Más arriba explico cómo las funciones "cerebrales" en cuanto al sexo son muy diferentes en hombres y mujeres. Las consecuencias posteriores que se le pueden ocasionar al hombre trascienden más allá del ámbito laboral. Recuerda que, para los tios, el sexo es poco más que un buen almuerzo (algo estrictamente fisiológico).
Por último, dos preguntas que te harás:
1. ¿Debo sentirme culpable? Depende de la relación que tengas con tu pareja. La infidelidad es un tipo de traición; por tanto, si tu pareja se siente sexualmente satisfecha contigo, el daño será menor. Te lo explicaré con un ejemplo: A mi me apasiona la ópera y mi mujer es reacia a escucharla. Yo me sentiría más traicionado si supiera que ha ido a la ópera con otra persona que si hubiera tenido una relación con otro. Las carencias afectivas o de otro tipo que tenga tu pareja marcarán el daño que le puedas ocasionar.
2. ¿Debo contarselo? Métetelo en la cabeza: los hombres somos tontos. Y simples. La decisión es tuya. Si no nos lo dices, nunca nos daríamos cuenta. Si crees que no vas a poder vivir con ello dentro, espera el momento y la situación para decirselo. Tal vez tengas que esperar años, es lo mejor. Explícalo como algo lejano en el tiempo y que ya concluyó hace mucho. Analiza a tu pareja y piensa qué es a lo que menos importancia le da: a la compañía, al sexo, a los viajes o espectáculos... Imagina que él odia conversar; pues explicale que hace años te sentiste sola por un problema con tu madre (no le importará) y que necesitabas que alguien te escuchara y tal... Recuerda: siempre como algo muy pasado y terminado. Y si puede ser durante una racha de buen sexo, mejor. Le joderá, pero el daño será menor y tardará mucho menos en curar.
Hasta aquí el consultorio sentimental de Elena Francis. Si has llegado hasta aquí, tal vez te interese leer el resto del blog....
3 comentarios:
Juanillo, yo creo que un chico-aventura puede acabar convirtiéndose en un "príncipe azul" todo es posible, no hay que poner diques al mar en cuanto al amor...
Y tanto él como ella pueden buscar sólo la posesión de la mera carne como el romance más idílico. No creo que haya diferencias.
En el caso de mi compañero de trabajo, ¿qué crees? ¿crees que únicamente va al baño buscando sexo sin nada de amor? ¿Crees que debemos confiar en él y dejar que satisfaga sus más tremendos impulsos carnales?
Dime, BUSCO RESPUESTAS!!!!!!!!!!
Yo creo q en trabajo no haver amor, solo companierismo mala intrepetado. No entender porque tu compainero ir tantas vezes cuarto de banio,. Yo ir muchio y no estar enamiorrado, solo tener atasco de duodeno. No se puede ser asi de malo pensado. Dimtri
Pues Juanillo, creo que en gran parte de estos casos lo que hay ganas de trepar.
Que se ve a la legua que son unas lagartas.
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