Muchas veces, al oir a nuestros políticos hacer declaraciones institucionales sobre acontecimientos de relevancia social, política o judicial nos parecen éstas vacías de contenido a fuerza de oirlas. Solemos oir "Este partido acata las decisiones judiciales", o las consabidas condenas de los atentados terroristas; aunque ahí sí somos capaces de ver la diferencia entre "lamentar y "condenar". Sin embargo, detrás de estos mensajes hay, o debe de haber, un convencimiento profundo en lo que se dice, ya que en el contenido de una frase puede residir nada menos que la propia estructura del estado.
Y digo ésto, porque en Italia se están viviendo acontecimientos que hacen tambalear el propio Estado de Derecho. Hago un breve resumen: El conocido como "Caso Eluana", la mujer que está en coma vegetativo desde 1992 tras sufrir un accidente, finalizó su recorrido judicial con una sentencia del Tribunal Supremo del país de la bota autorizando la suspensión de la alimentación que la mantiene viva. Ya he expuesto en este blog mi oposición a la eutanasia, pero este post no va de eso.
Resulta que Berlusconi ha hecho ex-profeso una ley de urgencia para impedir que la sentencia se lleve a cabo, saltándose a la torera (por no decir pasándose por el forro) los principios más básicos del Estado de Derecho; empezando por la autonomía del poder judicial, la invalidación de la decisión de un órgano de poder independiente, la subordinación del estado al orden jurídico, incluso la desautorización a su jefe el Presidente de la República Giorgio Napolitano (sí, acabas de descubrir que Berlusconi no es el Presidente de la República Italiana, sino el jefe del ejecutivo) que es una Institución que representa el poder (como la corona aquí). También ha pasado de los presidentes del Senado y la Cámara (el Congreso de allí) promoviendo la ley sólo en un consejo de ministros "express".
Sin entrar en otros análisis (como la influencia de la Curia en el asunto) ¿Qué significa todo ésto? Pues que de facto pone a Italia a la altura de una república bananera en cuanto al respeto al Estado de Derecho. Abierto el melón, puede hacer lo que quiera, ya que lo que ha hecho no es otra cosa que dar un Golpe de Estado. Es duro, pero es la realidad.
Y volviendo al principio ¿Veis ahora porqué no es baladí que los portavoces digan siempre "Este partido respeta y acata las decisiones judiciales"? Parecen tonterías, pero no lo son. ¿Podría un presidente del gobierno de España hacer lo mismo aquí? Yo no me fío ni un pelo...
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