Hojeando las revistas de contenido “para mujeres” que mi amada esposa compra de vez en cuando me ha venido a la cabeza un pensamiento machista.
Resulta que todas estas revistas tienen uno o dos consultorios psicológicos o de consejos de vida de pareja y en, al menos, cinco respuestas se viene a exponer lo mismo: mándalo a freír espárragos (bueno, realmente es siempre algo así como “replantéate tu situación y si no te convendría daros un poco de distancia”). Durante toda la revista se van desgranando, a la vez, mensajes del tipo “cuídate más”, “date un capricho”, “porque tú lo vales”, “encuentra tiempo para ti misma”, etc.
Se me ha ocurrido pensar que una mujer que acaba de terminar con una relación consume más: va más a la peluquería, se pinta más, lee más libros de autoayuda, sale más con sus amigas a lugares “chic”, compra más cosas de marca –de firma, lo llaman ellas-... Como es sabido, las revistas femeninas nacen como soporte publicitario a ciertos productos (cosmética, firmas de joyería, etc) que las utilizan como fuente de difusión comercial.
¿Puede estar dentro de la estrategia mercantil de estas publicaciones el promover o potenciar que las mujeres rompan las relaciones sentimentales por cuestiones como (y cito textualmente) “cuando está con sus amigos me siento desplazada” o “es un desastre para recordar nuestro aniversario”?
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