Recientemente he tratado con una serie de humanos a los que antiguamente se les llamaba snobs y ahora, para mí, no son más que cansinos: Son esos que no paran de hablar de discos que los demás no hemos oido, de pelís o libros que los demás no hemos visto o leido, de los que han estado en la exposición o perfomance más rara. Son esos que cuestionan tus gustos o aficiones por demasiado vulgares, cuando no demasiado cultas, esos que sólo ellos saben lo que está de moda, es auténtico o es bueno.
Estos personajes en el fondo saben que ni su inteligencia ni su atractivo son una evidencia para los demás, y tratan de mejorar su imagen hablando de esos viajes que los demás no hemos hecho, por ejemplo.
Tras años sufriéndolos y cabreándome conmigo mismo por ser educado (lo que ellos no son) y no darles una buena contestación, al fín los comprendo y no hacen si no darme lástima. Son personajes a los que la vida no les ha sonreido en aquellos aspectos que anhelaban (amor, amistad, éxito...) y lo compensan considerando a los demás inferiores a ellos en el plano moral, vistiéndose con un manto de autenticidad o pureza. Creen que si visten, viajan, leen o escuchan lo mejor son ellos también mejores.
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