Esto pretende ser una sencilla (y muy simplificada) explicación de lo que está pasando:
¿Qué es un banco? Es una organización que se dedica a la intermediación financiera: Capta dinero del público a través de cuentas y depósitos (lo que se llaman productos de pasivo) con el fin de realizar operaciones de crédito a la gente (productos activos). Si tienes dinero metido en el banco, el banco te paga intereses porque les haces un favor. A cambio, los bancos con ese dinero dan préstamos a otras personas a los que les cobran intereses. De la diferencia de los intereses que pagan a los ahorradores y los que les cobran a los que tienen préstamos, sale el negocio del banco.
¿Pueden cobrar los bancos los intereses que les de la gana? No.
Son el Banco Central Europeo o la Reserva Federal de Estados Unidos los que marcan los tipos de interés que se deben aplicar en su zona de influencia (lo que significa que marcan cuánto vale “alquilar” el dinero). Nos dicen cuál es el precio del dinero. Si el precio del dinero es alto, nos dan más dinero por nuestros ahorros, pero los intereses de un préstamo son muy altos. Si el precio del dinero es bajo, nos dan muy poco por los ahorros, pero los intereses de los préstamos son bajos.
El banco, además, te cobra intereses debido a que asume un riesgo al darte un préstamo (el riesgo de que no lo pagues, claro). Es decir, el misterio de un banco está en el equilibrio activo/pasivo (lo que da/lo que recibe) o lo que es lo mismo, en cómo administra el riesgo. Mencionar también que los bancos ganan dinero pagando a los ahorradores menos por su dinero de lo que deberían, con lo cual intentan desnivelar ese equilibrio lo más posible a su favor.
Pues resulta que hace unos cinco años, el precio del dinero en Estados Unidos (es decir, los tipos de interés) estaba por los suelos. Sobre por qué llegó hasta tan abajo, tal vez hable otro día (palabra clave: Greenspan). Cuando el precio del dinero está bajo, el margen de beneficio de los bancos se reduce muchísimo (no pueden “timar” a los ahorradores en cuentas y depósitos). En esta situación, la solución para los bancos es conceder muchos préstamos y que la gente pague intereses, para que el banco siga obteniendo beneficios.
Se produjo entonces una “relajación del crédito” y se dieron préstamos a tutiplén. Muchos de estos préstamos eran hipotecarios. Se rebajó tanto el nivel para la concesión de créditos en Estados unidos, que llegaron a concederse “créditos mentirosos” (liars loans) donde los bancos respaldaban operaciones donde las personas mentían sobre sus ingresos. Ante la feroz competencia, todos los bancos entraron el juego. Parece lógico pensar que cuando los tipos de interés subieran, muchos de estos préstamos tendrían problemas para ser pagados.
Los bancos, para diversificar el riesgo, “vendían” esas hipotecas. Las convirtieron en bonos y las sacaron a bolsa. Contra lo que el sentido común parece decir, este tipo de producto financiero tuvo una alta valoración en bolsa y muchos de los que operaban en bolsa compraron y esos bonos empezaron a intervenir en muchas operaciones de bolsa en Wall Street.
Ahora debo comentar algo que me sorprendió cuando lo aprendí: Para hacer frente a sus obligaciones, los bancos se prestan dinero entre sí. Ese mecanismo de préstamos entre bancos es la piedra angular del entramado financiero, porque permite a las instituciones administrar sus recursos e invertir los fondos donde el dinero es más productivo. Pues resulta que durante dos o tres años, los bancos se prestaban dinero unos a otros utilizando como garantía ¡Los créditos hipotecarios basura! Todos los bancos estaban comprando y vendiendo esos bonos tan peligrosos, y a su vez se estaban endeudando usando esos bonos como garantía.
Los tipos de interés empezaron a subir en 2004, pero muchas de las hipotecas contratadas en 2003 y 2004 tenían un periodo de carencia de 2 años, por los que la subida de los tipos se notó de golpe en 2006 y los pagadores de las “hipotecas basura” (créditos “subprime” o de alto riesgo) empezaron a ser morosos. Además, la “burbuja inmobiliaria” se pinchó y los precios de la vivienda empezaron a bajar. Y la cosa se jodió.
Con los impagos, todo el sistema se fue a la mierda. Ningún banco sabía si lo que había comprado valía algo o no o si los bonos que otro banco había utilizado como aval para pedirle un crédito tenían algún valor. El miedo y la desconfianza en los bancos son infinitos. De la “relajación del crédito” hemos pasado a la “contracción del crédito”. Nadie da un duro a nadie porque nadie sabe si el otro es solvente. Los bancos prácticamente se niegan a prestarse unos a otros.
Ya han caído bancos (alguno de más de 150 años de antigüedad) en USA que tenían inversiones en estos bonos y la cosa viene para Europa, donde están empezando a caer bancos también. La gracia del asunto es que no se sabe cual será el próximo, porque los bancos europeos no han dicho lo que han caído sus activos.
¿Qué quieren hacer ahora los Bancos Centrales y la Reserva Federal? Inyectar liquidez a la economía metiendo dinero para que el mercado se desbloquee. ¿Cómo? El plan de Bush es comprarle a los bancos 500.000 millones de euros de esos bonos “contaminados” y así limpiar la alcantarilla.
Y aquí llegamos al currito de turno, al cual no le dan el préstamo: El acojone es tan inmenso y la falta de liquidez de las entidades financieras se va haciendo tan grande, que los bancos no dan dinero ni a las empresas (aunque no estén metidas en temas inmobiliarios) y, por supuesto, ni a los trabajadores honrados. A mi hermano.
Sin préstamos, las empresas frenan su actividad y aumenta la desconfianza de los consumidores; la economía no crece y el paro se dispara. Pa cagarse.
¿Qué es un banco? Es una organización que se dedica a la intermediación financiera: Capta dinero del público a través de cuentas y depósitos (lo que se llaman productos de pasivo) con el fin de realizar operaciones de crédito a la gente (productos activos). Si tienes dinero metido en el banco, el banco te paga intereses porque les haces un favor. A cambio, los bancos con ese dinero dan préstamos a otras personas a los que les cobran intereses. De la diferencia de los intereses que pagan a los ahorradores y los que les cobran a los que tienen préstamos, sale el negocio del banco.
¿Pueden cobrar los bancos los intereses que les de la gana? No.
Son el Banco Central Europeo o la Reserva Federal de Estados Unidos los que marcan los tipos de interés que se deben aplicar en su zona de influencia (lo que significa que marcan cuánto vale “alquilar” el dinero). Nos dicen cuál es el precio del dinero. Si el precio del dinero es alto, nos dan más dinero por nuestros ahorros, pero los intereses de un préstamo son muy altos. Si el precio del dinero es bajo, nos dan muy poco por los ahorros, pero los intereses de los préstamos son bajos.
El banco, además, te cobra intereses debido a que asume un riesgo al darte un préstamo (el riesgo de que no lo pagues, claro). Es decir, el misterio de un banco está en el equilibrio activo/pasivo (lo que da/lo que recibe) o lo que es lo mismo, en cómo administra el riesgo. Mencionar también que los bancos ganan dinero pagando a los ahorradores menos por su dinero de lo que deberían, con lo cual intentan desnivelar ese equilibrio lo más posible a su favor.
Pues resulta que hace unos cinco años, el precio del dinero en Estados Unidos (es decir, los tipos de interés) estaba por los suelos. Sobre por qué llegó hasta tan abajo, tal vez hable otro día (palabra clave: Greenspan). Cuando el precio del dinero está bajo, el margen de beneficio de los bancos se reduce muchísimo (no pueden “timar” a los ahorradores en cuentas y depósitos). En esta situación, la solución para los bancos es conceder muchos préstamos y que la gente pague intereses, para que el banco siga obteniendo beneficios.
Se produjo entonces una “relajación del crédito” y se dieron préstamos a tutiplén. Muchos de estos préstamos eran hipotecarios. Se rebajó tanto el nivel para la concesión de créditos en Estados unidos, que llegaron a concederse “créditos mentirosos” (liars loans) donde los bancos respaldaban operaciones donde las personas mentían sobre sus ingresos. Ante la feroz competencia, todos los bancos entraron el juego. Parece lógico pensar que cuando los tipos de interés subieran, muchos de estos préstamos tendrían problemas para ser pagados.
Los bancos, para diversificar el riesgo, “vendían” esas hipotecas. Las convirtieron en bonos y las sacaron a bolsa. Contra lo que el sentido común parece decir, este tipo de producto financiero tuvo una alta valoración en bolsa y muchos de los que operaban en bolsa compraron y esos bonos empezaron a intervenir en muchas operaciones de bolsa en Wall Street.
Ahora debo comentar algo que me sorprendió cuando lo aprendí: Para hacer frente a sus obligaciones, los bancos se prestan dinero entre sí. Ese mecanismo de préstamos entre bancos es la piedra angular del entramado financiero, porque permite a las instituciones administrar sus recursos e invertir los fondos donde el dinero es más productivo. Pues resulta que durante dos o tres años, los bancos se prestaban dinero unos a otros utilizando como garantía ¡Los créditos hipotecarios basura! Todos los bancos estaban comprando y vendiendo esos bonos tan peligrosos, y a su vez se estaban endeudando usando esos bonos como garantía.
Los tipos de interés empezaron a subir en 2004, pero muchas de las hipotecas contratadas en 2003 y 2004 tenían un periodo de carencia de 2 años, por los que la subida de los tipos se notó de golpe en 2006 y los pagadores de las “hipotecas basura” (créditos “subprime” o de alto riesgo) empezaron a ser morosos. Además, la “burbuja inmobiliaria” se pinchó y los precios de la vivienda empezaron a bajar. Y la cosa se jodió.
Con los impagos, todo el sistema se fue a la mierda. Ningún banco sabía si lo que había comprado valía algo o no o si los bonos que otro banco había utilizado como aval para pedirle un crédito tenían algún valor. El miedo y la desconfianza en los bancos son infinitos. De la “relajación del crédito” hemos pasado a la “contracción del crédito”. Nadie da un duro a nadie porque nadie sabe si el otro es solvente. Los bancos prácticamente se niegan a prestarse unos a otros.
Ya han caído bancos (alguno de más de 150 años de antigüedad) en USA que tenían inversiones en estos bonos y la cosa viene para Europa, donde están empezando a caer bancos también. La gracia del asunto es que no se sabe cual será el próximo, porque los bancos europeos no han dicho lo que han caído sus activos.
¿Qué quieren hacer ahora los Bancos Centrales y la Reserva Federal? Inyectar liquidez a la economía metiendo dinero para que el mercado se desbloquee. ¿Cómo? El plan de Bush es comprarle a los bancos 500.000 millones de euros de esos bonos “contaminados” y así limpiar la alcantarilla.
Y aquí llegamos al currito de turno, al cual no le dan el préstamo: El acojone es tan inmenso y la falta de liquidez de las entidades financieras se va haciendo tan grande, que los bancos no dan dinero ni a las empresas (aunque no estén metidas en temas inmobiliarios) y, por supuesto, ni a los trabajadores honrados. A mi hermano.
Sin préstamos, las empresas frenan su actividad y aumenta la desconfianza de los consumidores; la economía no crece y el paro se dispara. Pa cagarse.
4 comentarios:
Cuan fácil lo explicais para los no duchos (como yo) en materia económica, así nos enteramos todos.
A la vista de los últimos datos que se van conociendo desde los bancos centrales, gobiernos e instituciones..., con la inyección de liquidez en el sistema financiero y la garantía de los cuatro duros que tienen los curritos de a pié ahorrados lo que se pretende es encubiertamente sacarles las castañas del fuego a toda esa pandilla de maleantes que se han enriquecido a espuertas llenas durante los últimos años a costa de los humildes ciudadanos.
Se han concedido créditos fáciles, cierto, pero ¿a que precios se han vendido las viviendas?, ¡que fácil era conceder préstamos hipotecarios para compras que en términos reales todos sabemos que no valian lo que se estaba pagando!
Hace poco un economista famoso dijo, esto ha pasado por avaricia...
¿Avaricia de quién?
De los bancos, de los constructores, de los promotores y de algunos otros chupopteros que se creían que eran como el rey Midas que todo lo que tocaba lo convertía en oro.
No aplaudo totalmente las medidas tomadas, aunque reconozco como parado, (sí parado por haber pertenecido a una empresa cuya actividad principal era la inmobiliaria) que se hacen necesarias si quiero volver a trabajar, pero quizás habría que haber dejado quebrar a más bancos y constructoras para que espabilen los demás y sepan que los beneficios son como los salarios tienen crecimientos limitados.
Y encima tienen la poca verguenza de querer abaratar el despido para de esta forma mejorar el mercado laboral.
En el fondo el poder no lo tienen los políticos aunque lo aparenten.
¿Quién manda más Zapatero o Botín?
Gracias por alumbrarnos económicamente en tu blog.
¿Quién comparte lo que digo?
Comparto con dalton su opinión sobre quién paga el plato respecto a la crisis y quién se va de rositas.
Leed el artículo siguiente: http://www.elpais.com/articulo/semana/Culpables/millonarios/impunes/elpepueconeg/20081012elpneglse_5/Tes
Hola, soy Pedro.
El enlace de la noticia que quería poner es este.
Perdón por la torpeza.
Gracias a Pedro por el enlace (muy interesante) y gracias a dalton por atreverse a compartir su opinión en este humilde blog.
Al grano:
La cosa es muy seria por el riesgo que se corre, ya que si los gobiernos se atreven a avalar con fondos públicos las pérdidas de los bancos (producto de una voraz especulación); puede ser que lo que veamos sea la quiebra de un pais entero.
¿Que quién manda? Don Emilio.
Si a un gobierno (llamado para mas vergüenza socialista y obrero) le interesara la economía de la calle, no avalaría a los bancos para que encima sigan enriqueciendose con su negocio (darles créditos a los que lo necesiten y crean que puedan pagarlo, no lo olvidemos).
Lo que el gobierno de Zapatero tendría que hacer es aumentar la financiación pública a los emprendedores y empresarios para que se siga generando empleo a través de una cosa que se llama ICO.
Cojones ya.
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