Ayer fué el Dia de los Enamorados y quería escribir algo aquí. Se me pasó. Hoy lo haré.
No tengo claro si hablar sobre el amor o sobre el sexo. Si hablo de lo uno decepcionaré a los aficionados a la coyunda; si hablo de lo otro, habré defraudado a las romanticonas impenitentes. Mejor hago un apartado de cada cosa, empezando por lo más horterilla y acabando por lo más chavacano. Que cada cual lea la parte que más le atraiga y no se me quejen:
DEL AMOR CORTÉS
Una de las cosas que siempre me llamaron la atención, por lo poético, fueron las pócimas de amor. Dar a alguien un bebercio, una delicia, y que cayera locamente enamorada era sumamente tentador para alguien que se pasaba el tiempo dando vueltas en la discoteca en busca de alguna incauta a la que llevarse a la boca (ya sabeis a lo que me refiero). Por si queréis probar, os remito una receta que le sirvió a una princesa hace mucho, mucho tiempo:
Elixir amoroso de Isolda: Isolda era una princesita, hija de la reina de Irlanda, un poco ligera de cascos. Era amante de Tristán y esposa del rey Marcos de Cornualles. Su madre, para evitar que su hija enfermase con tanto devaneo, le elaboró un filtro para ver si se aclaraba un poco las ideas amorosas. Su preparación parece fácil: en medio litro de vino blanco dulce, introducir flor de manzanilla, flor de azahar, flor de cantahueso, hojas de romero y hojas de olivo. Las flores han de estar bien secas y las hojas frescas. Se deja macerar todo sin que le de la luz solar y bien tapado durante una semana. Después, colar, enfriar y consumir los amantes en un brindis. Por probar, no se pierde nada ¿no?
En fín; una vez que ya tenemos colado al que sea, se trata de darle un poquito de vigor marital al interfecto. Para ello, nada mejor que un buen afrodisiaco. En plan de andar por casa, la canela, la cebolla, la avena, el hinojo y el apio son conocidos como afrodisiacos; aunque se supone que es porque su olor evoca a los órganos sexuales y de ahí la posible estimulación.
Algo más elaborado es un tradicional dulce que se dice obra milagros en la Luna de Miel: Calentamos medio kilo de miel y añadimos avellanas, almendras, pasas, pistachos y nueces picadas. Un toque de canela y un par de clavos completa la fórmula. Así visto, parece inocuo; pero si os digo que en Turquía, además, lo espolvorean con semillas de opio o que en Egipto se adereza con cáñamo y amapolas; la cosa cambia.
Si, los Egipcios eran gente rara. Se dice que en el antiguo Egipto los amantes juntaban sus narices para intercambiar el aire respirado, ya que creían que de esta manera tomaban una parte de la esencia del otro ¡Qué poco romántico!... Los besos en la boca no fueron una práctica común entre los egipcios hasta el siglo VI a.C., cuando los griegos lo pusieron de moda en el país del Nilo. Y es que los griegos sí que sabía divertirse...
DEL SUCIO SEXO
Empecemos con el guarreo:
Las dos parafilias más comunes (sadismo y masoquismo) reciben sus nombres de dos de sus ideólogos: el francés marqués de Sade (1740-1814) escribió 14 volúmenes en los que describe las sesiones en que ejercía de amo torturador; y el barón austroucraniano Leopold von Sacher-Masoch (1836-1895) quien en su libro “Venus de las pieles” expresó todo el placer que sentía cuando era humillado y golpeado por su pareja. Hay gente pa tó.
Para ir subiendo el tono del post, comentaros que los antiguos griegos consideraban feos y ordinarios los genitales masculinos de grandes dimensiones (para consuelo de muchos). Ah, los griegos... Por cierto; parece necesario aprender estas prácticas sexuales con denominación de origen (aunque algunas las conocereis ya):
- Ruso: masajear el ano
- Turco: atar a la mujer para dar placer o recibirlo
- Árabe: cabalgar
- Florentino: sujetar el pene con la piel presionada hacia atrás
- Sajón: presionar la base del pene para retrasar la eyaculación
- Japonés: coito en el suelo y de cuclillas
- Sueco: sexo en grupo
- Napolitano: coito homosexual
- Cubana: masturbación con los pechos
- Tailandés: masaje corporal con los senos
- Francés: sexo oral
- Griego: coito anal
¿Quereis más, verdad? Bueno, en temas de idiomas, es también imprescindible conocer la terminología, a veces lírica, con la que se conocen los actos en otras lenguas. Empecemos con el inglés:
- Coito: hide the sausage (esconder la salchicha)
- Coito anal: Pillow biting (morder la almohada)
- Cunnilingus: muff diving (zambullirse)
- Felación: blowjob (trabajo de soplido)
- Masturbación: Bashing the bishop (dar una paliza al Obispo)
El francés, tan romántico él:
- Coito: tremper le biscuit (mojar la galleta)
- Felación: tailler une pipe (tallar una pipa)
- Orgasmo: prendre son pied (agarrarse el pie)
Los alemanes suenan rudos, claro:
- Coito: Miteinander schlafen
- Sexo oral: Oralverkehr
- Felación: Blasen
Y los vecinos de Portugal, con sus perífrasis tan graciosas:
- Coito: Matar cabritos
- Coito anal: atracar de marcha dea ré (aparcar marcha atrás)
- Sexo oral: telefonar pra tóquio (Llamar por teléfono a Tokio)
- Masturbación: contar azulejos
- Orgasmo: Chegar á lua (llegar a la luna)
Y una última curiosidad:
El medicamento Anafranil, recetado para tratar la depresión, tiene para ciertos enfermos un inesperado pero placentero efecto secundario: cuando bostezan experimentan de forma repentina un orgasmo. Tanto hombres como mujeres, según un estudio clínico realizado en Canadá, han sufrido esta complicación relacionada con la hormona ACTH. No os avalanceis a las farmacias, en condiciones normales este tipo de antidepresivos llamados tricíclicos (Anafranil, Tofranil, etc.) acarrea como efecto secundario todo lo contrario: impotencia o dificultad para tener un orgasmo.